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Fábrica Rodenbach ©www.milo-profi.be
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10 IDEAS CERVECERAS EN FLANDES Y BRUSELAS
- Campos de lúpulo: la fábrica Sint Bernardus, en la provincia de Flandes Occidental, cerca de Poperinge -donde se ubica el Museo del Lúpulo-, ha renovado sus instalaciones. Además de su nuevo centro interactivo, desde su Bar Bernard se obtiene una preciosa vista de los campos de lúpulo que rodean la cervecería. Otro lugar para aprender sobre el lúpulo es Hoppecruyt, cuya propietaria, Benedicte Coutigny, se dedica al cultivo ecológico y acoge a los visitantes al son de canciones tradicionales flamencas, acompañada de su acordeón.
- Tradición familiar y jóvenes emprendedores: en Flandes y Bruselas se encuentran fábricas cuyo origen se remonta varias generaciones como el Castillo Cervecería Vanhonsebrouck, lugares donde prácticamente nada ha cambiado desde 1900 como la célebre Cantillon, o nuevas iniciativas como la moderna Seefbier que ha recuperado una antigua fórmula del s. XVI en Amberes, o Dok Brewing que combina cerveza y comida, Gruut, que ha recuperado la fórmula antigua de fabricación de cerveza con hierbas (gruit) en vez de lúpulo y Stroom Brewers en Gante, teniendo esta última una involucrada comunidad artística.
- Centro multidisciplinar: quien se acerque a De Koninck en Amberes encontrará una experiencia interactiva moderna y atractiva para descubrir los secretos de la cerveza municipal, además de un delicioso complejo en el que convergen artesanos dedicados al queso, pan, carnicería y maestro chocolatero. Un barrio bien goloso.
- ¿Abadía o trapense? Las cervezas trapenses son elaboradas por monjes de la Orden Trapense. Hay cinco fábricas de este tipo en Bélgica: Westmalle, Westvleteren, Chimay, Orval y Rochefort, y tres comunidades norbertinas flamencas – en Averbode, Heverlee y Grimbergen – que elaboran cerveza dentro de los muros de su monasterio. Además, muchas otras fábricas elaboran cervezas de abadía mediante un convenio con una abadía existente o histórica.
- Una tubería y varias fábricas: una tubería de 3 Km. conecta la cerveza entre la fábrica y su planta embotelladora en Brujas, pero además de esta conocida De Halve Maan (no perderse las vistas desde lo alto de la fábrica), otras fábricas de interés se pueden visitar en Brujas: Fort Lapin y Bourgogne des Flandres.
- Con mucha historia: la fábrica Het Anker de Malinas lleva más de cinco siglos haciendo cerveza en el beaterio de Malinas. El nombre de su cerveza Carolus está íntimamente ligado al emperador Carlos V, que fue educado en la ciudad, donde su tía Margarita de Austria tenía la Corte. Y desde el centro, paseando o en bicicleta por los verdes alrededores se llega a Battel, pueblo en cuya antigua iglesia actualmente se ubica Batteliek, una microcervecería dedicada a la experimentación en cerveza, gastronomía y también limonada.
- La barra más larga del mundo: los conocedores saben que nos referimos a Lovaina, ciudad de innovación cervecera que acoge no solo la famosa Stella Artois, sino otras pequeñas cervecerías locales como Domus, donde también se puede comer, De Coureur, íntimamente ligada al ciclismo, o Braxatorium Parcensis, en la Abadía del Parque.
- Rutas en bicicleta: en el Brabante Flamenco hay numerosos productores de lambic y fabricantes de geuze, conocida como el champán de las cervezas. A menudo ubicados en medio de la naturaleza o pequeñas localidades, la región se puede recorrer en bicicleta, pedaleando por esta zona de antiguos campos de lúpulo, y visitando cervecerías como Hof ten Dormaal, una de las más sostenibles de Europa, Oud Beersel, que está activa desde 1882 o Boon, especializada en geuze. Las rutas se pueden improvisar o seguir algunas de las ya recomendadas por la provincia del Brabante Flamenco. En Limburgo, la región del río Leie, o en Flandes Occidental también existen rutas cerveceras propuestas para seguir a pie o en bicicleta.
- Cerveza no solo en la copa: a pesar de que los acogedores cafés tengan cientos de vasos distintos, uno para cada tipo de cerveza, esta se utiliza también en el plato. Para muestra: las recetas de carbonada a la flamenca, conejo con cerveza, mejillones en salsa de cerveza, e incluso cerveza en el postre, en ocasiones los gofres llevan cerveza en su masa. La cerveza también marida muy bien con ciertos platos. Un ejemplo, en la costa es habitual servir una ración de gambas grises con un vaso de Rodenbach; según Rudi Ghequire, director de la fábrica, "la elegante acidez de esta cerveza combina de maravilla con el sutil gusto salado de las gambas".
- Dulces sueños cerveceros: una forma de redondear una escapada cervecera es dormir junto a una fábrica de cerveza. En Het Anker, de Malinas, es posible, también en otros lugares como Sint Bernardus, que tiene una casa de huéspedes, y por si en una escapada no te ha dado tiempo de disfrutar todas las propuestas que te interesan, en la antigua fábrica De Hoorn en Lovaina, hoy reconvertida en centro creativo, con ofertas de restauración, espacio para eventos, reuniones y co-working, también se alquilan modernos apartamentos para estancias largas.
La cultura cervecera belga incluida en el listado de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO desde 2016; para conocer más detalles, visita las páginas dedicadas a la cerveza en www.visitflanders.com
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